la población de lince ibérico se ha visto reducida en los últimos 10 años en más de un 50%, debido a la persecución sufrida por parte del hombre, la pérdida del hábitat y el descenso de las poblaciones de conejo, base de su alimentación. Actualmente el lince ibérico cuenta con una escasísima población, cifrada en menos del millar de ejemplares, distribuida en varias decenas de sus poblaciones, aisladas la gran mayoría entre sí. Esta fragmentación de sus poblaciones es uno de sus principales problemas a medio plazo para la conservación de la especie.
El lince ibérico es un felino de aspecto delicado, con patas largas y una cola corta con una borla negra en el extremo que suele mantener parada moviéndola de lado a lado en momentos de peligro o excitación. Sus orejas puntiagudas están terminadas en un pincel de pelos negros rígidos donde su función seria la de descomponer la redonda silueta de su cabeza, aumentando de este modo su camuflaje.
También son características las patillas que caen de sus mejillas y que aumentan cada vez más de tamaño a medida que aumenta su edad. Los más pequeños carecen de patillas y casi de pinceles y en los individuos de un año ya aparecen las patillas, aunque más cortas, que apenas cuelgan por debajo de la barbilla. Las patillas y los pinceles de los machos son mas grandes que los de las hembras. Su coloración varía de pardo a grisáceo con los costados con manchas negras.
Con respecto a su peso el macho adulto llega a pesar 13 Kg.
También son características las patillas que caen de sus mejillas y que aumentan cada vez más de tamaño a medida que aumenta su edad. Los más pequeños carecen de patillas y casi de pinceles y en los individuos de un año ya aparecen las patillas, aunque más cortas, que apenas cuelgan por debajo de la barbilla. Las patillas y los pinceles de los machos son mas grandes que los de las hembras. Su coloración varía de pardo a grisáceo con los costados con manchas negras.
Con respecto a su peso el macho adulto llega a pesar 13 Kg.